jueves, 14 de mayo de 2009

EN POSITIVO PORQUE HACE FALTA: BUEN VIAJE, DOCTORA


Una astrónoma venezolana forma parte de la aventura del telescopio espacial más grande construido hasta ahora

El observatorio espacial Herschel de la agencia espacial Europea (ESA, por sus si-glas en inglés), con un espejo de 3.5 m de diámetro y tres poderosos ojos tecnológicos a bordo, sólo espera el grito de partida hoy para ser lanzado al espacio desde la Guayana francesa, luego de varias postergaciones de su puesta en órbita.

Detrás de esta misión espacial, con el telescopio espacial más grande construido hasta ahora y con tres poderosos instrumentos abarcando una región del espectro jamás observada antes, se esconden un gran número de científicos e ingenieros del mundo, y entre ellos, una astrónoma con sello venezolano egresada de la Universidad Simón Bolívar, de la universidad de Los Andes y con tesis de maestría en el Centro de Investigaciones de Astronomía “Francisco J. Duarte” (CIDA), la doctora Miriam Rengel.


Con Herschel, los astrónomos develarán misterios del universo frío y estudiarán la formación de estrellas y sistemas planetarios, analizarán objetos del Sistema Solar y detectarán las primeras galaxias del Universo, entre otros. Herschel está diseñado para observar longitudes de onda invisibles al ojo humano que pueden penetrar las nubes de gas y polvo que permanecen ocultos para otro tipo de telescopios, estas son las ondas en el infrarojo lejano y en el submilimétrico. Para esto los detectores de Herschel deben operar a temperaturas muy bajas y estables, un verdadero reto tecnológico. Debido a que la atmósfera de la Tierra bloquea mucho de la radiación infraroja que viene del espacio es necesario observar desde el espacio.

Uno de los instrumentos a bordo de Herschel es el instrumento heterodino para el lejano infrarojo (HIFI, por sus siglás en inglés), el cual es un espectroscopio de alta resolución (captura y divide la radiación como un prisma). HIFI permitirá obtener detallada información de la naturaleza química del objeto emisor. La doctora Rengel, quien trabaja actualmente en el instituto Max Planck de Investi-gaciones del Sistema Solar en el corazón de Alemania, es miembro del centro de control de este instrumento, co -investigadora de HIFI, e investigadora asociada a dos proyectos multinacionales de Herschel para investigaciones de objetos del sistema solar.

La misión lleva el nombre del astrónomo británico William Herschel, quien en 1800 descubrió la radiación infraroja y también descubrió Urano, el séptimo planeta del Sistema Solar. El satélite Herschel es como un tubo de 7.5 metros de alto y 4 metros de ancho, con una masa de lanzamiento de alrededor de 3,3, toneladas. Herschel estará en orbita por al menos tres años, girando con una orbita siguiendo una curva de Lissajous alrededor de un punto virtual, variando entre 1.2 y 1.8 millones de kilómetros de la tierra, justo detrás de esta como si fuera vista desde el Sol, aclara la Dra. Rengel.

Tres meses después del lanzamiento, el Herschel estará listo en su órbita para las observaciones. El costo total de la misión es de cerca de 1.000 millones de euros, incluyendo el lanzamiento y las operaciones. También los objetos no tan distantes y no tan fríos en el universo pueden ser escudriñados con Herschel. El vapor de agua en la atmósfera de los planetas y sus satélites, así como también en come-tas emite en el rango infrarojo.

Gracias a la precisión de los instrumentos a bordo de Herschel tanto el agua como su química relacionada puede ser analizada en estos cuerpos. Dos programas claves observarán casi por 300 horas a Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, Titán y Encelado (dos lunas de Saturno) y cinco cometas, y casi por 400 horas a varios objetos orbitando más allá de Neptuno, en las profundidades heladas que mantiene las características primigenias del sistema solar.

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