miércoles, 6 de mayo de 2009

IDEAS QUE HICIERON NUESTRO TIEMPO



LEWIS MUMFORD: LA REALIZACION DEL HOMBRE

La reducción de la vida a una trama única o un sistema específico va en contra de su naturaleza misma, donde la mayoría de las veces se presentan dilemas indisolubles. Históricamente estos sistemas han sido modificados por si solos debido a anomalías, discrepancias, contradicciones y compromisos. Su debilidad llega a ser la fuerza que los salva. Ejemplo de ello se encuentra en el zarismo donde el sistema se había vuelto menos tolerable en dos aspectos: Por un lado la corrupción que permitía ignorar los reglamentos y aligerar los castigos, y por otro lado el escepticismo interno, que impedía a muchos funcionarios llevar a términos con convicción, y por consiguiente con rigor, sus tareas. Los amantes de los sistemas tratan de organizar toda una comunidad según principios limitados y de disciplinar la vida de acuerdo con el sistema escogido, pero la falacia de los sistemas exclusivos se ha manifestado especialmente en los dos últimos siglos y sus errores no han sido demostrados con mas crueldad que en nuestros días. Como sistema puro el capitalismo era humanamente intolerable y lo que por suerte lo ha salvado de un fin violento fue justamente la absorción de teorías socialistas (empresas públicas y seguridad social como ejemplo) que le dieron mayor equilibrio y estabilidad. Es así como los esfuerzos por lograr organizar una comunidad o una categoría de relaciones vitales sobre el concepto de construir todos los sectores de la vida totalmente en rojo o totalmente en azul desemboca en un error radical. Se sabe que en la vida real la necesidad, la obligación social, la solidaridad sostienen una parte que el romanticismo y la anarquía no quieren calcular. Del mismo modo una comunidad que viviese según los principios radicales, desentendiéndose del pasado y preocupándose solamente del futuro, renunciando a toda la riqueza de la existencia histórica y cerrando el camino a memoria, sabotearía también la esperanza.

Asimismo una comunidad puramente marxista donde ninguno conociese otra vida que la prevista por el Estado, sujeta a las condiciones por el dictadas, eliminaría la posibilidad de crear seres humanos autónomos y equilibrados. Hoy el equivoco “o…o…o” se persigue por todos lados; mientras que la naturaleza de la vida es abarcar y superar todas las contradicciones, no impidiéndoles el camino sino interesándose en una unidad mas amplia. Ningún organismo, ninguna sociedad, ninguna personalidad puede quedar reducida a un sistema o ser eficazmente gobernadas por un sistema. Dirección interior, dirección exterior, indiferencia o conformismo, nada debería tornarse tan exclusivo como para hacer casi imposible el transito de una a otra posición.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.