miércoles, 16 de septiembre de 2009

"Por mí, la flor en las bardas
y la rosa de Martí,
por mí el combate en la altura
y en la palabra civil;
para mí no hay negro esclavo,
para mí no hay indio vil,
por mí no hay perro judío
ni hay español gachupín,
el bravo ataca el sistema
y respeta al paladín,
el Cid abre herida nueva
no pega en la cicatriz
y es pura la niña mora
como las hijas del Cid.

Por mí, ni un odio, hijo mío,
ni un solo rencor por mí,
no derramar ni la sangre
que cabe en un colibrí,
ni andar cobrándole al hijo
la cuenta del padre ruín
y no olvidar que las hijas
del que me hiciera sufrir
para ti han de ser sagradas
como las hijas del Cid."
Andrés Eloy Blanco

martes, 8 de septiembre de 2009

El socialismo del siglo XXI según Victor Alvarez

El principal obstáculo para construir un modelo productivo socialista es la política económica del Gobierno, según los papeles de trabajo del Centro Internacional Miranda, desde donde Víctor Álvarez hace las propuestas.

Considera que la "revolución bolivariana" se ha planteado transformar la economía capitalista en un nuevo modelo productivo socialista, pero contradictoriamente le sigue ofreciendo a las empresas mercantiles que explotan al trabajador y contaminan el ambiente toda clase de incentivos: financieros, fiscales, cambiarios, compras públicas, asistencia técnica, etc.

Ahora que la economía venezolana ha dado señales de contracción, el Gobierno se plantea otra vez una política económica anticíclica que, paradójicamente, no hará otra cosa que reactivar y revivir la economía capitalista, de acuerdo con la investigación.

Capitalismo, un muerto con salud Mientras el tren de la economía mundial se descarrila, cae por un profundo barranco y los principales pasajeros de la economía mundial sufren de politraumatismos generalizados, el pasajero llamado economía venezolana apenas sufre un chichoncito.

Esa fortaleza de la economía venezolana de la cual se enorgullecen tantos funcionarios del Gobierno no es más que la fortaleza de la economía capitalista que tanto se critica.

Lo que hay que reactivar no es la dinámica capitalista, sino, más bien, estimular un crecimiento y desarrollo sostenido de la economía social, como fuerza motriz del PIB, sugiere el estudio.

Crecimiento de baja calidad En el análisis teórico de intelectuales ligados al Gobierno, se señala que los sectores con la mayor tasa de crecimiento interanual e incidencia absoluta en la dinámica del PIB son los de telecomunicaciones, comercio, servicios, sistema financiero y asegurador.

Pero sectores como la agricultura y la industria manufacturera han perdido peso relativo en la conformación del PIB o muestran tasas de crecimiento inferiores, según Álvarez.

A pesar de que el sector agrícola, durante el período 19982008, presentó en Venezuela un crecimiento de 32%, donde el segmento vegetal obtuvo una variación de 35% y el animal, de 23%, su participación en el Producto Interno Bruto y en la conformación del tamaño de la economía apenas llegó a 4,39%, porcentaje bastante inferior en comparación con el peso de 12,1% que tiene la agricultura en el total del PIB de Colombia, o al promedio latinoamericano que alcanza 6,22%, señala la investigación.

Por su parte, el desempeño del sector manufacturero se caracteriza por la utilización de casi toda la capacidad instalada, más no por la realización de nuevas inversiones para ampliar la capacidad productiva del sector.

Resumen de la entrevista:

-¿El socialismo del siglo XXI avanza económicamente?

El desenvolvimiento de la economía en los 10 años de este Gobierno desdice de la propia palabra oficial. Está ocurriendo lo contrario de lo que profesan. La propia política del Ejecutivo impide el desarrollo de una economía socialista. Lo viejo contamina lo nuevo y le gana la batalla en términos de eficiencia y tiempo de respuesta. El modelo socialista es inviable si sigue por este camino

-¿Tenemos 10 años de improvisación económica?
Es que al principio del proceso no hubo un concepto claro de socialismo como lo tenemos ahora. Hubo deficiencias de ingeniería conceptual, básica y de detalle.

-Críticas como las suyas, desde adentro, no se escuchan en el país. Quienes se atreven son execrados como enemigos del Estado.
Ese riesgo está presente y lo estamos corriendo, el peor riesgo es que esto puede descalabrarse ante la mirada cómplice, pusilánime, cobarde, de quienes no critican por no perder un cargo o por ser señalados de escuálidos. Actuar así sería hacerle la cama al fascismo y al neoliberalismo.

-¿Saldremos fácil de este bajón económico?
Venezuela es un país con mucha suerte, a veces creo que deberíamos pasarla un poquito peor para que las cosas cambien verdaderamente. Vamos a salir rápido de esta encunetada que se dio la economía en el segundo trimestre. Podemos terminar el año en positivo, pero el tercer trimestre no será tan bueno. Tenemos que amortiguar el impacto de la contracción para que en el tercer trimestre no caigamos más que en el segundo. Creo que vamos a cerrar el año en equilibrio.

-¿Se han tardado las medidas?.
Cómo explicar que un gobierno critique severamente al neoliberalismo y se haya atrasado tanto en anunciar una estrategia económica que se anticipe a los hechos. Antes de conocerse los resultados del Banco Central, debió aplicarse un programa económico.

-¿Cuál es su visión del control cambiario venezolano?
La política cambiaria se ha convertido en un anatema. Tenemos un dólar prácticamente regalado. Ha entronizado una tendencia importadora. Es la única mercancía que no ha subido de precio en los últimos años. Ha inhibido el desarrollo agropecuario. El manejo cambiario es la mayor expresión de la cultura rentista.

-¿Devaluación o desmontaje del control de cambio?
No hablaría de devaluación, ni lo pensaría. Es la salida más fácil y torpe. No desmontaría el control de cambio por nada del mundo.Identificaría los sectores de la economía que por naturaleza impulsan el desarrollo interno-por la gran demanda que generan-, los sectores clave que proveen la oferta necesaria- y los estratégicos -que transportan, demandan y ofertan. Concentraría en ellos el incentivo cambiario.

-¿Seguiríamos con el 2,15?
Aplicaría un cambio diferencial. Un primer cambio, el más barato, para materias primas, bienes intermedios,maquinarias y equipos asociados a la producción de alimentos y medicinas. Un segundo cambio más elevado- dirigido al resto de los productos de la canasta básica. Un tercer cambio más caro para pago de deuda externa, remisión de dividendos y remesas a familiares. Un cuarto cambio para viajeros. Un quinto cambio -el más costoso- para los inversionistas extranjeros, que se vean desmotivados a entregarle sus dividendos a la casa matriz y los reinviertan en el país.

-¿Y los exportadores cómo quedarían en ese esquema?
Debe haber un tipo de cambio para los exportadores, pues están obligados a venderle sus divisas al Banco Central a 2,15 (Bs.F.) y eso no les rinde para pagar todos los componentes internos, sobre todo aquí donde todo va subiendo.

Si queremos transformar una economía rentista e importadora en una productiva y exportadora, el tipo de cambio debe reflejar la verdadera productividad y competitividad del sector real de la economía que va a exportar. Debe ser un tipo de cambio que les permita recuperar sus costos y asegurar la ganancia razonable para la actividad exportadora. Si no lo hacemos, vamos a seguir matando lo poco que tenemos de exportaciones no tradicionales, incluyendo las públicas, por la exagerada sobrevaluación del tipo de cambio.

-¿Espera volver al Gobierno?
No. Prefiero estar apoyando desde afuera. Hay que liberar al equipo económico de la lógica de la gestión pública, que los secuestra, no los deja pensar estratégicamente. Tienen que estar apagando incendios todo el tiempo.

-¿Sus propuestas resuenan en el gabinete económico?
Ojalá me hicieran caso.

-¿Qué opina del endeudamiento de entes descentralizados y empresas públicas?
No estoy de acuerdo. El país tiene que haber aprendido las lecciones del pasado.

-¿Aumentaría la gasolina?
Ese es otro anatema. El precio de la gasolina impulsa el despilfarro. El precio debería expresar al menos lo que cueste producirla. Los recursos adicionales obtenidos los destinaría a mejorar el transporte público, porque quienes lo utilizan son quienes no tienen vehículo ni compran gasolina. Eso sí sería una verdadera redistribución del recursos.

-¿El Gobierno tiene capacidad para tomar medidas como esa?
Necesitamos un gobierno inteligente, que entienda las causas de las problemáticas a resolver, para diseñar las políticas adecuadas.

-¿Socialismo o revolución?
Una cosa es un gobierno socialista, pero que no altera las relaciones sociales de producción, más bien las ha consolidado. Otra cosa es una revolución.

-¿Qué se debe reservar el Estado, según su modelo de desarrollo económico?
El aprovechamiento de los recursos naturales y las otras empresas estratégicas como telecomunicaciones y electricidad deben esta en manos del Estado.

-¿Dónde queda el poder para el pueblo?
Aguas abajo se pueden desarrollar diferentes formas de propiedad social.

-¿Y los privados nada que ver?
El capitalismo es un mal necesario para la construcción del socialismo del siglo XXI.

-¿Con qué se come eso?
Este Gobierno tiene el reto de demostrar la capacidad de coexistir con la economía capitalista y demostrar que se puede superar al capitalismo. Vivimos con la ilusión de que el socialismo se decreta. Deben coexistir la propiedad estatal, mercantil y social.

-¿Qué es el socialismo del Siglo XXI?.
Es un sueño.

-¿El Estado debería promover la actividad privada?
Las empresas mercantiles son las que más se han beneficiado de los incentivos oficiales. Las empresas privadas no deberían buscar financiamiento del Estado.

-¿Pdvsa seguirá interviniendo en sectores que no son propios de su actividad?
A Pdvsa le va a pasar como al Plan Bolívar 2000, donde se desplegaron los distintos componentes de la Fuerza Armada en la calle para tareas de distinto tipo, hasta que llegó el momento en que eso se agotó. Pdvsa ha sido el caballito de batalla para suplir todas las ineficiencias del Ejecutivo y la estructura pública. Ese exceso de actividades conspira contra su eficiencia.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Igualdad vs Igualitarismo

"Socialismo significa justicia social e igualdad, pero igualdad de derechos, de oportunidades, no de ingresos. Igualdad no es igualitarismo. Este, en última instancia, es también una forma de explotación: la del buen trabajador por el que no lo es, o peor aún por el vago." Extracto del Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en las conclusiones de la primera sesión ordinaria de la VII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Palacio de las Convenciones, La Habana, 11 de julio de 2008, "Año 50 de la Revolución".


América Latina y El Populismo

La irrupción del populismo en diferentes regiones y lugares, en épocas similares o diacrónicas muestran la característica, en cierto modo, adaptativa y ecléctica, de responder a determinadas condiciones comunes de atraso y desigualdad social y económica que traspasan las barreras del tiempo y el espacio. Por ello, el populismo tenía bastantes motivos para resurgir –con variantes, obviamente- en los países del llamado "Tercer Mundo". Y América Latina dio el primer paso. No vamos a describir aquí las características particulares de los populismos en cada uno de los países latinoamericanos. Para ello, remitimos al cuadro comparativo que presentamos en el inciso 3. Trataremos de sintetizar las principales características del populismo histórico latinoamericano, siguiendo a G. Germani, T. Di Tella y O. Ianni (1984 y 1973), principales analistas y teóricos del populismo histórico latinoamericano desde la óptica de lucha de clases, que a nuestro juicio, es bastante fundada, pese a algunas interpretaciones controversiales producto de su óptica marxista (como por ej. Creer que el populismo es una etapa "previa" y "superada" de la lucha revolucionaria)

Origen

1. Según estos autores, el populismo de la primera mitad del siglo XX en nuestros países es una "etapa", determinada por "la conformación definitiva de la sociedad de clases", dentro de un contexto de industrialización y acelerada urbanización. Este período superó la época del "Estado Oligárquico", Oligárquico dominada por relaciones estamentales o de casta creadas por el colonialismo mercantilista ligado al régimen esclavista.
2. El origen del populismo está ligado a la crisis del Estado Oligárquico. El populismo sucede a una serie de movimientos antioligárquicos de clase media (irigoyismo, tenientismo, por ej.), que estaban revestidos de un espíritu liberal y que buscaban el establecimiento de un estado de tipo Liberal (económica y políticamente hablando), difundiendo una serie de ideas sobre el progreso económico, la reforma institucional, la democratización, la libertad, etcétera. Sin embargo es la nueva estructura de clases, creada por la creciente urbanización, la inmigración campo-ciudad, el desarrollo industrial, el crecimiento del sector de servicios, la que pone en jaque al sistema oligárguico. En esta crisis juegan un papel importante además, tres acontecimientos externos (I Guerra Mundial, Depresión Económica de los 30, y II Guerra Mundial) que funcionaron como rupturas estructurales en las naciones de economía dependiente, como eran las nuestras.
3. Las mencionadas crisis mundiales provocaron convulsiones políticas internas en los países dependientes del capitalismo, como lo eran los latinoamericanos, o propiciaron eclosión de fuerzas políticas, sociales y económicas que se encontraban controladas durante la vigencia de los gobiernos oligárquicos. De esta forma, el populismo histórico latinoamericano correspondió a una fase de las transformaciones del Estado capitalista, en que la burguesía agroexportadora y la burguesía minera y comercial pierden el monopolio del poder político en provecho de las clases sociales urbanas (burguesía industrial, clase media, proletariado industrial, militares, intelectuales).

Configuración del populismo

1. El populismo en América Latina fue una alianza entre clases sociales antagónicas, en proceso de formación (burguesía, por un lado, y proletariado, campesinos y clases medias, por el otro), guiadas por el propósito de confrontar y derribar el Estado Oligárquico, heredero del colonialismo, que desde el siglo XIX predominaba en todos los países del subcontinente. A nivel externo se luchó contra un enemigo llamado imperialismo norteamericano.
2. El período del ascenso y auge del populismo es llamada por Octavio Lanni, "época de la política de masas", en la cual la burguesía industrial asume el liderazgo ostentoso de las luchas reivindicativas y reformistas de la clase obrera y otros grupos populares. En estos años fueron creadas nuevas organizaciones técnicas y estilos de liderazgo político, surgiendo una ideología peculiar, llamada el "principio de paz social" o "armonía entre las clases", el cual adquirió primacía sobre las ideas y prácticas políticas inspiradas en los antagonismos de clase. La unión táctica de grupos de intelectuales, clases populares, y sectores de la burguesía y de las fuerzas armadas se consolidó con el fin de acelerar las rupturas estructurales que habían debilitado a la oligarquía y al imperialismo. Obviamente, se jugaban intereses diversos, pero todos coincidían en que el desarrollismo nacionalista era una estrategia posible, primordial y urgente.
3. Dentro de esta "pacto" es necesario diferenciar dos tipos de populismo: Uno, el de las altas esferas (gobernantes, políticos, burgueses, profesionales, políticos, demagogos), que utilizan tácticamente a las masas trabajadoras y a los sectores más pobres de la clase media. Dos, el populismo de las masas (trabajadores, migrantes rurales, baja clase media, estudiantes radicales, intelectuales de izquierda). En situaciones normales, perecía existir una armonía total entre estos dos populismos. Sin embargo, en los momentos críticos, cuando las contradicciones políticas y económicas se agudizaban, el populismo de las masas tendía a asumir formas revolucionarias. En estas situaciones ocurre la metamorfosis de los movimientos de masas en lucha de clases. Por su parte, el populismo de las altas esferas abandonó a su suerte a las masas, sin antes impedir que den el paso decisivo en las luchas políticas.
4. La burguesía industrial emergente, entonces, acabó por mantener su preponderancia sobre las otras fuerzas políticas combinadas en el pacto populista, asumiendo el liderazgo directo de las luchas reivindicativas y reformistas de las clases obreras y de amplios sectores de la clase media. A fin y cuentas, esa burguesía, aliada con militares, intelectuales, clase media, era la clase victoriosa en la lucha contra la oligarquía. La burgeuesía controló a las demás clases sociales integradas en el Pacto Cualquier intento de giro hacia la izquierda era rápidamente evitado con cierta dosis de autoritarismo o violencia reaccionaria. Cuando la politización de las masas amenazó con descontrolar el movimiento, el golpe de Estado resolvía el problema.
5. Y es que en la nueva configuración del sistema de clases propiciada por los procesos de urbanización e industrialización, entre otros, no existían las condiciones sociales necesarias para el fortalecimiento de posiciones radicales (como eran las socialistas). Muchas de las propuestas expresadas por estos grupos, estaban tomadas directamente de Europa sin ninguna reelaboración contextual, y por lo tanto, no tenían mayor apoyo popular. Además, según el autor, las condiciones en las cuales se encontraba la clase obrera en las crecientes ciudades, la conciencia de movilidad social superaba a la conciencia de clase. Los trabajadores recién llegados a las ciudades estaban en un proceso de resocialización. Si bien una parte de ellos fue sindicalizada y politizada, la mayoría permanece fuera de los cuadros políticos institucionales. En general, esa mayoría no tenía mayor conciencia política; su participación se limitaba a las elecciones, a los movimientos de masas, facilitando los liderazgos carismáticos y su manipulación por demagogos.
6. Para la gran mayoría de los adeptos al populismo, lo que estaba en juego era el ascenso económico y social. En un plano secundario se colocaba la democratización de las organizaciones y las relaciones sociales. En la mayoría de los casos el objetivo era lograr una estrategia política de desarrollo económico nacional que exigía un cambio en el manejo de las estructuras de poder, el manejo de las relaciones entre el Estado y la sociedad.
7. El populismo latinoamericano aparece como un fenómeno urbano; su base social y económica está en las ciudades más desarrolladas y en las que los sectores secundario y terciario tienen mayor dinamismo.
8. En algunos países con fuerte presencia indígena y con tradición comunitaria en las bases (Perú, México) el populismo sufrió una variante respecto al modelo urbano y capitalista al revestirse de en elemento tradicionalista y anticapitalista, idealizando la aldea comunal indígena y sus valores.

El populismo en el poder

1. Por lo que respecta a sus fines económicos más generales, los movimientos y gobiernos populistas fueron abiertamente favorables a la industrialización y a la hegemonía de la industria sobre la agricultura y la minería. A la industrialización se la tomaba como equivalente del desarrollo económico en general, e indicador de bienestar social para el proletariado, mientras que los sectores agropecuario y minero eran considerados causas fundamentales de atraso económico y social. ¿Por que?. Los populismos consideraban que la exportación de materias primas y dependencia económica eran sinónimos para un país que no poseía industria. En este sentido aparecía ligado el nacionalismo, respondiendo a un propósito económico. En la medida en que desarrollaba una reorientación del subsistema económico nacional y cierta ruptura con el imperialismo, el populismo tenía algún compromiso con la idea de un capitalismo nacional y de una burguesía nacional. Para ello era indispensable un Estado fuerte que controlara las relaciones económicas capitalistas, que garantizara la nacionalización de la economía.
2. El populismo, en los países donde llegó al poder, adquirió formas autoritarias y algunas de ellas, dictatoriales. El peronismo, cardelismo, getulismo, velasquismo, marinismo, etc. Tenían en común un marcado acento autoritario- paternalista. Estaba en juego una estrategia política de desarrollismo nacional, junto a un remodelamiento de estructuras de poder. Por lo tanto, las masas debían permanecer bajo el control estratégico de la burguesía, el cual sería el encargado de idear y conducir el proceso. El gobierno populista aceptó apenas la coraza política que las masas le podían propiciar (votos, comicios, huelgas, etc.), pero bajo ningún concepto aceptó la defensa armada por parte de trabajadores y estudiantes. Cualquier defensa armada sostenida en las masas colocaba al poder burgués automáticamente, en el camino de su liquidación.
3. El populismo en el poder hizo una combinación sui generis de sistemas de movilización y control de las masas asalariadas urbanas con el aparato estatal. En una democracia representativa, tiende a haber una separación clara entre el Estado, el partido del gobierno y las bases populares. En el populismo ocurre una combinación singular entre el Estado, el partido gubernamental y el sistema sindical. Por esta combinación, algunos ven semejanzas con el Estado Socialista y el Estado Fascista. Sin embargo existen diferencias fundamentales: en el estado Fascista, la combinación se realiza de acuerdo con las exigencias de la dictadura de la burguesía y del capitalismo monoplista; en el Estado Socialista, esta vinculación se realiza según las exigencias de la dictadura del proletariado y de la socialización de los medios de producción. En el Populismo, el sistema de poder Estado - Partido - Sindicato se apoya en la alianza de clases, bajo la égida directa o mediatizada de la burguesía. El Estado populista es propuesto e impuesto a la sociedad como si fuera el mejor y único intérprete del "pueblo" (proletariado, campesinos, estudiantes, clase media), sin la mediación de los partidos. El pueblo ve al Estado a su guardián, intérprete, portavoz y realizador.
4. Una característica importante es la relación establecida con los asuntos económicos internos y externos. Dado el contexto de crisis del capitalismo internacional y de caída de la economía primaria exportadora en el que los populismos nacieron, los gobiernos populistas actuaron con medidas financieras correctivas y alternativas, destacándose el impulso a la industrialización sustitutiva de importaciones, y el intervencionismo económico. Bajo el gobierno populista el aparato estatal adquirió nuevas dimensiones como fuerza productiva, como agente económico. El Estado populista afectó sin duda la organización política de las formas de producción en una época en que crecieron las fuerzas productivas y el mercado interno.
5. El populismo, latinoamericano puede considerarse como arrevolucionario, en tiempos normales. Es escencialmente reformista, apoyando la doctrina de la "paz social" entre las clases sociales. En tiempos de crisis, sin embargo, el populismo revela su contenido antirrevolucionario. En épocas de crisis, las organizaciones, técnicas, liderazgos e ideologías populistas se revelan incapaces de transformarse en el sentido de la revolución. En la mayor parte de los casos, los cuadros burgueses y de la clase media se alían con los otros grupos de las clases dominantes, abandonando a su suerte a las masas. Las contradicciones estructurales internas y externas se agudizaron, llevando al colapso al populismo como modelo político de desarrollo y emancipación. De esta forma, La paradoja del populismo latinoamericano está en que estaba fundado en un pacto de clases sociales. Por lo tanto, cuando se rompió esta alianza, la ruptura se debió principalmente a las contradicciones desarrolladas entre las clases que componen el propio populismo. Generalmente hubo un resentimiento entre los miembros de la alianza y una mayor precisión en los perfiles de cada clase social.