martes, 19 de febrero de 2013

Socialismo es justicia e igualdad



por Martín Guédez

Hace poco más de una semana llamábamos la atención sobre la necesidad de igualdad como requisito indispensable para que la iniciativa democrática en extremo del PSUV llamando a la participación de todos y todas en la elección de los candidatos a la Asamblea Nacional tuviese plenitud fecunda. Este llamado es profundamente democrático y por tanto socialista. No esterilizarlo es una urgencia.


Sólo por razón de ordenar el análisis vamos abordando por separado algunas de las virtudes fundamentales del socialismo pleno. En el fondo esto no deja de ser un riesgo. En la praxis más concreta tienen una inmanente ligazón de modo tal que resulta complejo incluso distinguir unas virtudes de otras. La justicia es uno de los pilares fundamentales del socialismo.



El concepto de justicia se usa y hasta manosea mucho pero es quizás uno de los más complejos de definir pues hay justicia moral, justicia legal, justicia social, justicia económica, etc., etc. Podríamos decir que no hay actividad humana que no esté relacionada con la justicia o la falta de ella. Intentaremos aproximarnos al concepto revolucionario de justicia para luego comprometernos con él. Veamos:



Aristóteles definía la justicia esencialmente como hábito mental, de modo que está inscrita en valores profundamente individualistas: el justo realiza y quiere lo que es justo. El pensamiento filosófico esclavista romano colocó el relieve en el aspecto jurídico de la justicia. Ulpiano definía la justicia como la constante y firme voluntad de dar a cada uno lo suyo. Así, el pensamiento dominante e individualista de la justicia la coloca como un hábito personal que tiende a dar a cada quien lo suyo. A partir de estas definiciones fruto de la historia de la dominación podemos llegar al concepto socialista de justicia, su carácter de alteridad (relacionalidad), obligatoriedad (no se trata de una decisión puramente ética) e igualdad.



La voluntad no es ya la voluntad del individuo sino de la sociedad o comunidad. Así, la justicia es parte de la estructura social y no hábito individual. Lo suyo no es solamente aquello a lo que cada cual tiene derecho sino también lo que cada uno debería tener, poseer o disfrutar para ser completamente persona y poder así contribuir con un orden social completamente justo. Un compromiso comunitario, de todos, todas y de cada uno y cada una de las personas.



Un partido, una Comunidad o una nación socialista, para serlo de verdad, tiene que funcionar de modo que el grupo –y con el grupo la persona- adquiera una conciencia cada vez más lúcida de los valores de la convivencia en igualdad. No puede haber un bien individual que se alcance en detrimento de otro o del bien colectivo. Así, todo bien colectivo significará inexorablemente un bien para el individuo como parte del conjunto. Hay –y tiene que haber- una estrecha conexión entre el compromiso por la justicia y la respuesta a la vocación del revolucionario socialista de amar al hombre en la comunidad y amar a la comunidad en el hombre. “El Socialismo es la ciencia del ejemplo”, justamente en este pensamiento nos recuerda el Che esta relación inmanente entre la ortodoxia (pensamiento), ortopraxis (acción) y la ortofrenia (camino): de la cabeza, al corazón y a los pies y las manos.



En las primeras comunidades cristianas domina la dimensión escatológica de la justicia. Buscaban la justicia a nivel de la comunidad de creyentes obviando el mundo y la historia que los rodeaba. No buscaron un cambio de las conciencias ni de las estructuras, de modo que el “experimento” duró lo que pudo durar la tensión ética que lo sostenía. El Socialismo Científico (así con mayúsculas), primero desenmascara y denuncia las estructuras de dominación injustas, pero no se queda allí: promueve, proyecta y transforma lo encontrado hasta alcanzar estructuras de igualdad y justicia para la Comunidad y el Mundo, por eso es la única salida que la humanidad tiene a la barbarie del capitalismo.



Tiempo pues de revisar, rectificar y reimpulsar los valores de la igualdad y la justicia en la conformación tanto del partido como de esas células fundamentales de una patria socialista como lo son las Comunas. Reitero un llamado al respecto: los Consejos Comunales son el primer escalón del poder constituido, el más inmediato, natural y cercano. Estos tendrán las luces y virtudes, pero también las lacras y defectos que estén presentes en el conjunto del Poder Constituyente, vale decir, en la Asamblea Comunal y la Comuna en todo su conjunto. Comenzar por los Consejos y obviar de esta manera la naturaleza de su origen podría significar la ruina del proyecto. Igual ocurre con el rol del Partido. 

El Partido –su liderazgo y en general sus cuadros- no puede estar formado por miembros del Poder Constituido (Nacional, Estadal o Municipal). Si se está en un cargo de gobierno se debe renunciar –temporalmente, como el cargo- a la dirección del Partido. Esta permanencia esteriliza el rol animador, contralor y de vigilancia de la conducta del Estado y el Gobierno que debería ser su principal vocación. Es claro que, si miembros de los poderes constituidos del Estado o del Gobierno son a su vez máximos directivos del Partido, éste (el partido) perderá toda su esencia contralora. Es de una ingenuidad insufrible suponer que el funcionario será radicalmente crítico con su propia actuación. Al no serlo, el partido termina siendo una instancia poderosamente apañadora de los defectos y errores del funcionario del Estado o del Gobierno. 

El liderazgo del partido debe ser absolutamente puro, independiente, comprometido con la Revolución mucho más allá de lealtades a intereses personales o de grupo. El Socialismo hay que construirlo bien o aprestarnos a pagar las consecuencias de no hacerlo. De esta reflexión y por razones sui géneris se excluye al Presidente Chávez, al mismo tiempo Jefe del Estado, del Gobierno y Presidente incuestionable del Partido y del proceso Revolucionario. Sin Chávez no hay Revolución.


¡CHÁVEZ ES SOCIALISMO!

¡PATRIA Y SOCIALISMO… O MUERTE!

¡VENCEREMOS!

(**) Nota Personal: A pesar de que el artículo data del año 2010, creo que las reflexiones del autor son pertinentes hoy más que nunca.

Adelante Comandante !!!

Hablemos de Liderazgo



DIFERENTES TIPOS DE LIDERAZGO
Ana Maraboli (*)

En el presente trabajo se enfocará el liderazgo desde la perspectiva grupal e individual, considerando el liderazgo como un proceso, pero también resaltando aquellas cualidades que debe tener la persona que ocupa en un momento determinado el papel de líder. Es importante hacer notar que el liderazgo asume estilos diferentes en atención al ámbito donde actúe; sin embargo, no pierde su condición de inducir el comportamiento de los  colaboradores hacia metas previamente establecidas.  A medida que cambian las condiciones y las personas, cambian los estilos de liderazgo (autócrata, participativo y liberal).  Es por ello que actualmente la sociedad se encuentra en la búsqueda de un nuevo tipo de líder, los siguientes son dos ejemplos de esta búsqueda.

Liderazgo Participativo: el nuevo liderazgo

De acuerdo a Beatrice (2004),  en la actualidad  existe una crisis de liderazgo muy grave. Esta dificultad no tiene su origen  en la falta de lideres,  sino  en que existen demasiados lideres del viejo modelo, un modelo que tiene la forma de pirámide, en donde el poder está concentrado en la cima, mientras que la gran mayoría de las personas está en la base, cargando todo el peso de las decisiones tomadas por los lideres.  En contraposición a estas ideas, cuando un líder adopta el estilo participativo utiliza la consulta para practicar el liderazgo. No delega su derecho a tomar decisiones finales y señala directrices específicas a sus subalternos, pero consulta sus ideas y opiniones sobre muchas decisiones que les incumben.

Los consejos comunales de Venezuela
“Todo el poder para el pueblo”. Hugo Chávez

Los consejos comunales  de Venezuela constituyen un claro ejemplo de la práctica del liderazgo participativo. Según datos aportados por el Servicio Autónomo Fondo Nacional de los Consejos Comunales (SAFONACC) existen en Venezuela más de cuarenta mil consejos comunales, constituidos en el periodo 2006-2012.  Los consejos comunales, en el marco constitucional de la democracia participativa y protagónica, son instancias de participación, articulación e integración entre los ciudadanos, ciudadanas y las diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y populares, que permiten al pueblo organizado ejercer el gobierno comunitario y la gestión directa de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades, potencialidades y aspiraciones de las comunidades.

La organización, funcionamiento y acción de los consejos comunales se rige por los principios y valores de participación, corresponsabilidad, democracia, identidad nacional, libre debate de las ideas, celeridad, coordinación, cooperación, solidaridad, transparencia, rendición de cuentas, honestidad, bien común, humanismo, territorialidad, colectivismo, eficacia, eficiencia, ética, responsabilidad social, control social, libertad, equidad, justicia, trabajo voluntario, igualdad social y de género, con el fin de establecer la base sociopolítica del socialismo que consolide un nuevo modelo político, social, cultural y económico. El liderazgo en este tipo de organización popular  fomenta  la participación protagónica del pueblo organizado en la toma de decisiones y en  la solución de sus problemas. Entre las ventajas adicionales  del liderazgo participativo se encuentran:

·     Todos tienen derecho a proponer ideas, preguntas o sugerencias.

·     Las actividades son llevadas adelante con la participación de todos, lo que en el largo plazo tienen mejores resultados y más permanentes.

·     La continuidad de la organización social está garantizada, ya que se cuidan los mecanismos de renovación de autoridades, y se facilita la rotación de los cargos ocupados por los voceros.

·     Los cargos de vocería se asumen como una exigencia de la división de trabajo y se comparten las responsabilidades.


El liderazgo de Rafael Correa

“La Revolución Ciudadana nada ni nadie la podrá revertir”. Rafael Correa

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, se sitúa como el mandatario más popular de América, según un estudio publicado por la consultora Mitofsky en septiembre  de 2012. Es por ello que resulta interesante revisar sus características personales. Rafael Correa, de acuerdo a las opiniones de sus conciudadanos, es  una persona inteligente con gran capacidad de liderazgo.  Su imagen  es de seguridad e independencia,  aunque para algunos refleje arrogancia. Su personalidad no permite medias tintas en el afecto o desafecto, no deja pregunta sin respuesta.

Se trata de una persona carismática, con una gran  preparación, fortaleza e iniciativa, siendo considerado como un hombre de palabra con respecto a muchos de sus ofrecimientos. Se considera que tiene  impacto en la imagen, un perfil físico atrayente para las personas (estatura, facciones, tono y timbre de voz), utiliza símbolos de vestuario para parecer parte de la cultura del país: camisa artesanal, poncho, sombrero e interpreta canciones nacionales y música protesta para perfeccionar su discurso nacional socialista. Tiene aptitudes de líder político porque ha sido capaz de llegar a la conciencia de las personas con campañas que promueven cambios trascendentales en las costumbres de los ecuatorianos: el abuso del licor y las drogas, el machismo, entre otras. Predicando, además, con el ejemplo.

El Liderazgo Femenino
“No se nace mujer, se llega a serlo”. Simone de Beauvoir

Verónica Michelle Bachelet Jeria (Santiago, 29 de septiembre de 1951) es una médica pediatra y política chilena. Fue presidenta de la República de Chile entre el 11 de marzo de 2006 y el 11 de marzo de 2010, fue la primera presidenta pro tempore de UNASUR y actualmente es la encargada de ONU Mujeres, agencia de las Naciones Unidas para la igualdad de género. Robbins (1987) que estudió la modalidad propia de las mujeres líderes, rescató algunos valores como diferencias específicas de género:

·        Las mujeres alientan la participación, comparten el poder y la información, y tratan de incrementar el valor propio de sus seguidores.

·        Las mujeres líderes prefieren dirigir mediante la inclusión y apoyarse en su carisma, contactos y habilidades interpersonales para influir en los demás.

·        Las mujeres gerentes escuchan motivan y proporcionan apoyo a su gente. Y muchas mujeres parecen hacer esas cosas mejor que los hombres.

·        Los estilos de liderazgo que por lo general usan las mujeres las hacen mejores negociadoras, pues resulta menos probable que enfoquen su atención en las ganancias, las pérdidas y la competencia, como hacen los hombres.

·        Las mujeres tienden a tratar las negociaciones en el contexto de una relación continua: ponen gran esfuerzo tratando que la otra parte sea un ganador a sus propios ojos y a los de los demás.

(*) Economista ULA

Referencias Bibliográficas

Aportes Académicos. Http://aportesacademicosecuador.blogspot.com/2011/03/tercer-aporte-para-trabajo-semestral.html
Beatrice, B. (2004). Hacia el Liderazgo Participativo. Revista-e del Instituto Internacional de Facilitación y Consenso.
Ley Orgánica de los Consejos Comunales. Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, 39.335,  Diciembre 28, 2009.
Robbins, S. (1987). Comportamiento Organizacional, Editorial PHH Prentice Hall.