miércoles, 16 de septiembre de 2020

¿Quién es un emprendedor?

El emprendedor es la persona que, a través de la innovación, con iniciativa y constancia busca oportunidades de negocio, las materializa y les da continuidad. La capacidad emprendedora se puede entender como un conjunto de competencias y habilidades que el individuo pone en práctica en determinadas condiciones, comúnmente asociada con la perspicacia para reconocer oportunidades de generación de valor. No se trata entonces solo de la creación, sino también de la mejora en procesos y/o productos, así como la incorporación de estrategias novedosas en la práctica empresarial. 

En un mundo globalizado, caracterizado por un complejo y acelerado proceso de cambio en los patrones del crecimiento y desarrollo, los efectos de la actividad emprendedora sobre el crecimiento y el empleo, así como el fomento del tejido empresarial, especialmente de la micro, pequeña y mediana empresa, aparecen como factores que generan cada vez mayor interés.

A pesar de la importancia de las teorías motivacionales en los estudios sobre el emprendimiento es innegable la existencia de factores del ambiente externo que influyen en la acción emprendedora, por lo cual es necesario evaluar los niveles de capacidad para emprender en tiempos difíciles, pues el entorno resulta determinante sobre la actitud y el éxito empresarial.

En este sentido, en el entorno familiar es común observar cuando todos los miembros de una familia son emprendedores, los hijos terminen con aptitud y actitud emprendedora.      Además, del ámbito geográfico del emprendedor depende la visión que se tiene del mundo, lo cual afecta directamente el modelo de negocio que se elija.  El entorno educativo juega un papel muy importante en la actitud emprendedora, pero sobre todo en el éxito empresarial, debido a que en este se desarrolla en los jóvenes la capacidad para descubrir un mundo propio, que piensen y que innoven con un espíritu emprendedor.

Por otra parte, de acuerdo a Veciana (2005), el emprendedor debe tener conocimientos y entender el entorno económico, esto con la finalidad de acción y reacción ante los constantes cambios. Algunas de las variables más importantes de ese entorno tienen que ver con el número de profesionales calificados dispuestos a colaborar con nuevos proyectos, la coyuntura económica y la posible fluctuación de precios y costos, y la sensibilidad de las ganancias frente a variaciones de los precios.

Básicamente, los efectos del entorno se pueden identificar como amenazas o como oportunidades, siendo importante el diagnóstico certero, para minimizar los impactos negativos que podrían afectar los objetivos planteados, así como también sacar provecho de las oportunidades para crecer. Para muchos la capacidad de asumir riesgo forma parte importante de la personalidad emprendedora, pero en la medida en que este riesgo pueda ser controlado mediante información pertinente que pueda ser evaluada oportunamente, no necesariamente se trata de una actividad impulsiva sino deliberada y calculada.

En un nivel subjetivo el emprendimiento genera un impacto de autoafirmación y reconfiguración en personas que por la falta de empleo han visto disminuida su estima personal. Es indispensable el relacionamiento y ser un buen comunicador para ser bien valorado por el entorno, siendo insuficiente disponer de conocimientos técnicos y de los mercados, si no hay capacidad para transmitir estos conocimientos a los demás. Igualmente, la experiencia bien empleada facilita el respeto profesional y trae como consecuencia eficacia en el trabajo y reconocimiento en la obtención de resultados.  Si además de esta eficacia, existe un buen trato hacia los demás y empatía, el reconocimiento es mayor.

De igual forma, hoy en día casi ninguna empresa puede concebirse sin un determinado componente innovador que puede afectar a todos sus ámbitos y repercutir de distintas formas en su rentabilidad, llegando a ser la diferencia entre estar en el mercado o quedar fuera de él, significando el factor de competitividad cuando ni el precio, ni la calidad resulten ventajosos.

El reconocimiento, tanto social como material, de los mejores proyectos innovadores así como de sus promotores puede despertar el interés por la innovación en otros empleados o individuos de la sociedad. Desde la óptica del desarrollo, la mayor capacidad emprendedora de los habitantes de una zona no solo tiene que ver con la aparición en número de nuevas empresas sino con el efecto sinérgico  que produce sobre las ya existentes 

Referencias Bibliográficas

López, W., Montilla, M., y Briceño, M. (2009). Potencialidad emprendedora de los estudiantes de administración del NURR – ULA.

Veciana, José M. (2005). La creación de empresas: un enfoque gerencial. Disponible: http://www.cpilosenlaces.com/media/download_gallery/creacion%20empres       as.pdf

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