domingo, 13 de noviembre de 2016

Del Pacto de Punto Fijo

Los acuerdos establecidos entre los partidos políticos para asegurar la sobrevivencia de la naciente democracia, y por consiguiente de esos mismos partidos que los suscribieron, se expresaron en un documento conocido en lo adelante como Pacto de Punto Fijo, mediante el cual se consagró  la  regla de los tres partidos políticos (AD, Copei y URD); pero simultáneamente se desarrolló, un sistema no escrito, que incluía la consulta para las decisiones fundamentales a la Iglesia católica a través de su más alta jerarquía; a las Fuerzas Armadas a través del Alto Mando Militar; a los trabajadores a través de la CTV; y al empresariado a través de Fedecámaras. (Jiménez, 2013).

En síntesis estaba constituido por un complejo sistema de negociación y acomodación de intereses heterogéneos en el que los mecanismos de tipo utilitario iban a jugar un papel central en la generación de apoyo al régimen y en el mantenimiento del mismo. De esta forma se neutralizaba por medio de la negociación algunos posibles focos de conflicto. (Bracamonte, 2015)

Con el paso del tiempo, los acuerdos se convirtieron en conducta corriente, en procedimientos institucionalizados que irían fundando un orden político particularmente puntofijista. En primer lugar, se ubica la promesa en la distribución del petróleo como expresión material de la democracia y de la justicia social. La peculiaridad del caso venezolano se fundamenta en la repartición de los recursos generados por la economía de extracción petrolera y cada sector se esfuerza por capturar alguna porción de la renta petrolera esparcida incluso a través de formas clientelares por un petro-estado.

A partir de esta concepción, asumir el poder u ocupar cargos de responsabilidad en la estructura del Estado era el comienzo de un proceso lógico de acumulación de grandes cantidades de dinero. Para ello se contaba con la protección, o en todo caso la complicidad, del entorno políticamente cercano. En otro aspecto, la represión fue practicada de forma sistemática contra quienes estaban fuera del sistema de partidos, o encarnaban propuestas que apuntaban a redimensionar o trascender los supuestos políticos e ideológicos de la llamada democracia representativa.

La celebración del Pacto de Punto Fijo estuvo destinada a excluir a otros factores fundamentales en la vida nacional del momento, como el Partido Comunista de Venezuela, que particularmente había trabajado por la unidad de las fuerzas democráticas en los duros años de la clandestinidad. Esta idea de un país próspero con una riqueza fácil, impidió la conformación de la crítica que presentara los peligros que comenzaban a estar latentes y que más adelante contribuirían a socavar las bases del proyecto puntofijista.

En todo caso esta prosperidad igualmente tendría sus límites, ya que amplias franjas de la población quedaron excluidas de la repartición de dinero. Por otro lado, se presenta el progresivo fortalecimiento del bipartidismo como el exclusivo mediador entre el Estado y las demandas de algunos sectores. El partido se constituyó en la vía más rápida a través de la cual se podía lograr algún cargo en la administración pública.

En el ámbito económico, se presentan sucesos como el del 18-02-1983, el llamado “viernes negro”: una fuga inusual de divisas, un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, lo que propició una alarma motivada al nivel que habían alcanzado las reservas internas, condujo a que el gobierno suspendiera la venta de divisas y devaluara el bolívar en un 30%, hasta establecer el control de cambios diferenciales. 

Si bien la medida del gobierno fue terminante, producto de la retirada de divisas que ya alcanzaban ocho mil millones de dólares, esto no era un fenómeno repentino; desde mediados de 1982 al país le estaba afectando una fuga de capitales importante. Para el momento en que esto ocurre el Estado estaba debilitado por la creciente deuda externa y el quebranto de la economía. Se terminaba el sueño que había colocado al país y a su moneda fuerte entre las naciones ricas y selectas del planeta.

De esta manera, la crisis política y las dificultades económicas contravenían el contenido de una democracia que había conquistado su legitimidad en su carácter redistributivo y potenciaron las protestas populares ocurridas en el escenario social, sobre todo en la década de los noventa. Y vienen el Plan de ajuste macroeconómico una oposición social a la que incluso se sumarían porciones de su partido, Acción Democrática, fracciones de la burguesía nacional, algunos medios de comunicación y sectores de la Iglesia católica. 

Pero la respuesta más espectacular a la crisis socioeconómica que atravesaba el país desde hacía años fueron las jornadas de protestas nacionales que se desencadenaron el 27 de febrero de 1989, a pocos días de los anuncios referidos al Gran Viraje y a los diversos compromisos contraídos por el gobierno entrante con el Fondo Monetario Internacional.

Luego de efectuarse dos rebeliones militares, las dificultades que hasta el momento habían tenido expresión en la sociedad, ahora se trasladaban hacia el centro de una de las instituciones más fundamentales para la continuidad de la democracia liberal de partidos, las Fuerzas Armadas Nacionales. Este es el escenario para 1993 se asistía al declive de la democracia de Punto Fijo, pero existía una gran incertidumbre en relación con el escenario político que vendría.


Referencias Bibliográficas

Bracamonte, L (2015). El declive de la democracia liberal de partidos en Venezuela (1974-2001). Disponible:  http://www.celarg.org.ve/Espanol/Bracamonte%20WEB.pdf

Jiménez, A. (2013) El declive de los partidos políticos. Disponible: http://prensa.ula.ve/2013/02/05/venezuela-vive-el-fenomeno-de-la-anti-politica-ante-el-rechazo-a-los-partidos-politicos-y-a-los-politicos-mismos




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